Uno de los recursos más importantes que tiene nuestro país es el mar. Considerado el mar más productivo en el mundo, ha sido una fuente principal para la alimentación y subsistencia de nuestros pueblos desde tiempos inmemoriales. Algunos consideran incluso que, a diferencia de otras culturas, fue la pesca antes que la agricultura el componente esencial para el desarrollo de la civilización en los andes. Sea como fuere, no hay duda del privilegio que tenemos gracias a este recurso. Lamentablemente, parece que continuamente nos esforzamos por destruirlo, y con el, la posibilidad de subsistencia de miles de personas que depende de estos recursos en su día a día.
Este 2022 empezó con el derrame de más de 11 mil barriles de petróleo en las costas peruanas por parte de la empresa Repsol. La empresa, antes que reconocer su responsabilidad, ha buscado eludir la misma, primero negando la magnitud del impacto, y luego judicializando las multas impuestas por las autoridades ambientales. Más allá del dinero que puedan compensar, el daño al mar provocado puede dejar a miles de pescadores en la zona sin trabajo por muchísimos años, y es posible que la biodiversidad no se recupere del todo.
La semana pasada parecía tener una buena noticia con la aprobación de la Ley de protección de recursos marinos. Esta ley busca combatir el tráfico ilegal de flora y fauna marina, así como facilitar las sanciones contra el crimen organizado en este ámbito. Sin embargo, los intereses económicos de quienes realizan estas actividades ilegales, han empezado a presionar a políticos de todo el espectro ideológico para revertir este ley y volver al estado anterior de las cosas.
Debería quedarnos claro que la protección del ambiente y sus recursos es la única garantía para un desarrollo sostenible. Si continuamos depredando el mar, las futuras generaciones no tendrán posibilidades de subsistir. Miles de familias dependen de los recursos marinos. La ganancia económica del presente no puede superponerse a la posibilidad de subsistencia en el futuro. Es importante encontrar un equilibrio que garantice el desarrollo y disfrute de todos y todas.