Muchas de las especies de tiburón se encuentran en peligro de extinción debido al comercio y a la pesca industrial no regulada, especialmente por la demanda de aletas en el mercado asiático. Perú y Ecuador destacan como uno de los principales puntos de caza y extracción de estas especies en la región. Durante la pandemia, la exportación de estas aletas hacia China, Hong Kong y Singapur alcanzó su punto más elevado en 10 años.
Frente a esta situación, el gobierno de Panamá ha presentado una iniciativa para que 56 especies sean incluidas en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres; lo que permitiría su comercio de forma regulada, con certificaciones que garanticen su sostenibilidad. La iniciativa será analizada durante la próxima semana por 181 países, y ya cuenta con el respaldo de varios países de Centro América, la Unión Europea, y Latinoamérica, con la excepción de nuestro país.
Según la investigación de OjoPúblico, Perú solo daría un apoyo parcial a esta iniciativa. Según un informe de PRODUCE, se acepta la protección de 19 especies, pero no de las demás ya que sería «inaplicable». Según especialistas de PRODUCE, existe un estudio científico de IMARPE que indica que la población de tiburones está aumentando, algo que cuestionan otros especialistas.
Detrás de la negativa estarían intereses empresariales. Perú es uno de los mayores exportadores de aletas de tiburón. Las tres empresas peruanas que más aletas de tiburón han exportado en lo que va del 2022 son Lamarqocha Inversiones (USD 3,6 millones, en valor FOB), Angaff Perú (4,1 millones) y Exportaciones JME(2,4 millones). El 66% de estas exportaciones van hacia China.