Al cumplirse 30 años del primer encuentro continental de pueblos indígenas en conmemoración de los 500 años de resistencia, más de 50 líderes y lideresas indígenas y afrodescendientes de 22 países de América se dieron cita en Quito, Ecuador, para discutir en torno a reivindicaciones históricas, justicia racial y climática, solidaridad mutua, el rol de los movimientos afrodescendientes e indígenas en el cambio social, nuevas tendencias políticas de reivindicación y el papel de los pueblos en espacios de incidencia internacional.
En el contexto de este encuentro, los líderes y sus pueblos hacen un fuerte llamado internacional en el que exigen a los negociadores participantes en la próxima Cumbre de las Naciones Unidas para el Cambio Climático que ésta sea abordada desde una perspectiva de justicia climática y racial. La COP27 se realizará del 6 al 18 de noviembre en Sharm El-Sheik en Egipto bajo el lema “Juntos por la Implementación”, el cual alude a una nueva oportunidad para avanzar con la implementación global del Acuerdo de París.
Durante la COP27, las partes dialogarán sobre financiamiento climático, mercados de carbono, las pérdidas y daños, nuevas propuestas de adaptación y mitigación del cambio climático, y el Pacto de Glasgow, entre otros. Sin embargo, los líderes indígenas y afrodescendientes de todo el continente, reunidos en Quito, esperan que se promuevan iniciativas y proyectos multisectoriales centrados en las personas, que garanticen el pleno cumplimiento de sus derechos y que estén respaldados por resultados científicos medibles y verificables. Pero sobre todo demandan justicia climática basada en el reconocimiento de su rol en la protección de la naturaleza, y reparaciones históricas por los daños causados por el extractivismo en sus territorios y comunidades.
Al cumplirse 30 años del primer encuentro continental de pueblos indígenas en conmemoración de los 500 años de resistencia, más de 50 líderes y lideresas indígenas y afrodescendientes de 22 países de América se dieron cita en Quito, Ecuador, para discutir en torno a reivindicaciones históricas, justicia racial y climática, solidaridad mutua, el rol de los movimientos afrodescendientes e indígenas en el cambio social, nuevas tendencias políticas de reivindicación y el papel de los pueblos en espacios de incidencia internacional.
En el contexto de este encuentro, los líderes y sus pueblos hacen un fuerte llamado internacional en el que exigen a los negociadores participantes en la próxima Cumbre de las Naciones Unidas para el Cambio Climático que ésta sea abordada desde una perspectiva de justicia climática y racial. La COP27 se realizará del 6 al 18 de noviembre en Sharm El-Sheik en Egipto bajo el lema “Juntos por la Implementación”, el cual alude a una nueva oportunidad para avanzar con la implementación global del Acuerdo de París.
Durante la COP27, las partes dialogarán sobre financiamiento climático, mercados de carbono, las pérdidas y daños, nuevas propuestas de adaptación y mitigación del cambio climático, y el Pacto de Glasgow, entre otros. Sin embargo, los líderes indígenas y afrodescendientes de todo el continente, reunidos en Quito, esperan que se promuevan iniciativas y proyectos multisectoriales centrados en las personas, que garanticen el pleno cumplimiento de sus derechos y que estén respaldados por resultados científicos medibles y verificables. Pero sobre todo demandan justicia climática basada en el reconocimiento de su rol en la protección de la naturaleza, y reparaciones históricas por los daños causados por el extractivismo en sus territorios y comunidades.
Según un informe publicado por la organización Oxfam y el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo en 2020, el 1% más rico de la población mundial ha causado el doble de emisiones de carbono que el 50% más pobre durante 25 años (1990 – 2015), sin embargo, estos últimos se ven más afectados por los impactos de este fenómeno.
La justicia climática considera que el cambio climático tiene impactos sociales, económicos, de salud pública y otros efectos adversos en las poblaciones indígenas y afrodescendientes. Por ello, quienes la demandan se esfuerzan por abordar estos fenómenos desde diferentes perspectivas que no ubican al cambio climático sólo como un problema ambiental. La justicia comienza con el reconocimiento de que las personas se ven afectadas de manera diferente ante los efectos nocivos del calentamiento del planeta.