Esta semana se anunció la creación del Sindicato Único de Trabajadores de América TV (SUTRAMERICATV) en medio de diversas dificultades por las prácticas antisindicales del medio de comunicación. No habría sido la primera vez que el canal se ha visto involucrado en prácticas de este tipo. Según denunciaron representantes del actual sindicato, en anteriores oportunidades la empresa habría evitado la conformación e inscripción de las organizaciones sindicales, comprando a sus dirigentes. Al parecer, en esta oportunidad estarían buscando implementar una estrategia similar.
Nuestro país se caracteriza por una alta tasa de informalidad y de subempleo. Y contrario a lo que se cree, la mayoría de las veces son las empresas formales las que, por ahorrarse el pago de los derechos laborales, incurren en contrataciones irregulares de sus propios trabajadores. Esta situación se da a todo nivel. Debemos recordar el caso del fenecido Daniel Peredo, quien se mantuvo con un contrato por órdenes de servicio durante 14 años, a pesar de contar con una relación permanente con Media Networks y ser una de las caras de dicho medio de comunicación. En este caso, el Poder Judicial reconoció la relación laboral y ordenó el pago de los derechos laborales omitidos a la familia de Peredo.
La libertad sindical es un derecho humano reconocido en nuestro país, y parte de los derechos básicos reconocidos en la Organización Internacional del Trabajo. Los medios de comunicación, como América TV, deberían recordar eso antes de buscar la desaparición o desactivación de los sindicatos. En lugar de iniciar un diálogo franco que permita llegar a acuerdos que mejoren el ambiente laboral y el bienestar de sus empleados, este tipo de prácticas llevan a una cultura de temor y sometimiento.
A pesar de ser una noticia de relevancia nacional, prácticamente ningún medio de prensa escrita o televisiva ha tocado el tema. Parece haber una suerte de «espíritu de cuerpo» entre los diferentes empleadores, que temen que sindicatos como el de América se repliquen en sus propios medios.
Los sindicatos son una pieza fundamental de la democracia y, por lo tanto, deberían ser promovidos como la forma ideal de representación de los trabajadores. Es necesario acabar con esa perspectiva neoliberal que considera toda representación de los intereses laborales como enemigos del modelo y del crecimiento económico.