A dos semanas de producido el derrame de petróleo en Cuninico, Loreto; crecen las tensiones en la zona por la forma en como se está manejando las consecuencias del derrame petrolero, responsabilidad de la empresa estatal Petroperú, que opera el Oleoducto Norperuano.
El pasado viernes 23 de septiembre, la población de Cuninico – que fue la primera afectada por la fuga de petróleo – anunció como medida de fuerza el bloque de tránsito de embarcaciones fluviales. Casi una semana después, el jueves 29 se produjo un incidente que resultó con dos personas heridas: un grupo de armadores de lanchas intentó zarpar a la fuerza, disparando a quienes lo impedían. Cerca de 10 peque peques terminaron hundidos. De las dos personas heridas, una presenta lesiones en la cabeza. “La población está indignada. El Estado nos hace pelear entre hermanos. Pedimos que tomen cartas en el asunto y vengan para solucionar esto de una vez”, dijo a este diario Galo Vásquez, presidente de la Federación de Pueblos Cocamas Unidos del Marañón.
El pasado jueves, la Defensoría del Pueblo alertó que la ayuda a los afectados por el derrame era insuficiente, asi como las acciones de limpieza y recuperación de hidrocarburos. El organismo consideró que la declaratoria de emergencia ambiental tampoco basta para brindar ayuda humanitaria, por lo que pidió activar el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (Sinagerd).
A través de una misiva, los líderes de las 15 comunidades afectadas exigen la presencia del presidente Pero Castillo y sus ministros de estado para encontrar una salida la crisis. En dicho documento, solicitaron también el abastecimiento inmediato de alimentos, agua, atención médica y medicinas para la población afectada, y que el distrito de Urarinas sea declarado en «emergencia sanitaria ambiental».
Fuente: La República, Servindi, RPP