Esta semana ha estado marcada por la controversia causada por el acuerdo que la PCM logró con las comunidades afectadas por la minería en el sur de Ayacucho para garantizar el cierre adecuado de cuatro unidades mineras en la zona. El compromiso principal logrado entre los representantes del Estado, las comunidades y autoridades locales; fue la creación de una comisión para negociar el adecuado cierre de las minas en cuestión. El objetivo final es la protección del agua y de las cabeceras de cuenta, así como la salud y posibilidades de desarrollo de los comuneros que actualmente están afectados por la actividad extractiva.
La reacción del sector empresarial ha sido desproporcionada, acusando al gobierno de "atentar" contra la inversión privada y poner en riesgo la seguridad jurídica del país. Solo se puede entender dicha reacción si tomamos en cuenta que durante décadas el sector privado ha estado acostumbrado a que le den el visto bueno a cada iniciativa que tenían. Es claro que no entra en sus cabales la posibilidad de que un gobierno les manifieste que no, que no pueden continuar realizando alguna actividad económica en algún lugar.
Es claro que el Estado tiene la facultad para extender o no los permisos y autorización para la explotación y exploración minera. Para darlos o extenderlos, el gobierno debe tener en cuenta no únicamente los aspectos económicos, sino también debe buscar los mecanismos para incorporar los problemas ambientales y sociales que puedan existir. Y sobre todo, deben buscarse los métodos para recoger la voz y posición de las comunidades en el área de influencia de los proyectos.
Muchos empresarios han venido actuando como si tuviesen un derecho inalienable para utilizar todo el territorio nacional en la forma que quieran, sin tener en consideración los impactos que pueden tener estas actividades sobre el ejercicio de los derechos humanos del resto de ciudadanos del país. Y el Estado siempre ha priorizado esos intereses económicos. Es momento de que las autoridades también les empiecen a decir "no".