Los empresarios vuelven a exigir represión

Esta semana el gremio de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) se ha manifestado exigiendo al gobierno que tome acción frente a las protestas que se realizan contra proyectos mineros o de hidrocarburos en diferentes partes del país. El mensaje que dan no es nada novedoso. En cada oportunidad en que los ciudadanos salen a exigir sus derechos, los empresarios han tenido el respaldo del Estado para imponer su voluntad. Los diferentes gobiernos, con mayor o menor violencia, han respaldado a los empresarios mediante la represión policial.

Esta semana el gremio de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) se ha manifestado exigiendo al gobierno que tome acción frente a las protestas que se realizan contra proyectos mineros o de hidrocarburos en diferentes partes del país. El mensaje que dan no es nada novedoso. En cada oportunidad en que los ciudadanos salen a exigir sus derechos, los empresarios han tenido el respaldo del Estado para imponer su voluntad. Los diferentes gobiernos, con mayor o menor violencia, han respaldado a los empresarios mediante la represión policial.

Pero la gente votó en las pasadas elecciones de abril, al igual que en varias oportunidades anteriores, por una propuesta de cambio, que pusiera nuevos términos en la relación entre las empresas, los trabajadores, y las comunidades en la zona de influencia de los proyectos. Muchos esperan que esto pueda llevar a una relación más equitativa, y que el Estado cumpla el rol de mediador y garante de los acuerdos entre las partes, y que exija el cumplimiento de los acuerdos, especialmente en materia ambiental y social.

En los pocos meses que tiene este gobierno, ha tenido intentos de encausar los conflictos sociales por la vía del diálogo y no de la represión. Sin embargo no es una tarea fácil y ya han habido traspiés, como los diálogos con la Minera Las Bambas, que aún no se traducen en resultados concretos. En muchos casos se exigen soluciones rápidas que no se pueden dar, lo que se entiende dados los años y décadas que muchas de estas comunidades han tenido que esperar.

Pero al parecer quienes tienen menos paciencia son los empresarios. En lugar de apostar por diálogos complejos, que pueden llevar a una solución duradera, exigen al gobierno que tome partido por ellos y haga imponer su posición. Quienes hemos visto esta historia antes sabemos que la represión no soluciona nada, y que a lo mucho los empresarios ganarán unos meses de paz, antes que el conflicto se reactive con mayor fuerza. Parece que extrañan a los gobiernos anteriores que usaban la violencia antes que el diálogo. Esperemos que esta no sea una de las razones que han llevado a algunos miembros del sector a buscar formas de quebrar la democracia, y promover una vacancia contra un gobierno legítimo al cual no pueden manejar.