La oposición a la obra, que data desde el 2014, se ha reactivado contra la construcción de la central hidroeléctrica OCO en la región Arequipa. Esto, porque el pasado 3 de agosto se emitió la Resolución Directoral N° 0145-2021-MINEM-DGAAE, que aprueba el Estudio de Impacto Ambiental Detallado del Proyecto Central Hidroeléctrica OCO 2010, presentado por Ocoña Hydro S.A.
La empresa Ocoña Hydro S.A. (OHYSA), que propone la ejecución de esta hidroeléctrica, es una subsidiaria de la minera Southern. Las protestas vienen principalmente por la afectación al ecosistema del camarón, ya que interrumpe directamente el ciclo biológico de esta especie.
Además, por el sistema de embalse para que esta hidroeléctrica cumpla con sus metas energéticas, podría provocar hundimientos en el poblado de Chaucalla, y cientos de hectáreas de tierras agrícolas se verían afectadas.
La empresa Ocoña Hydro presentó este proyecto en el 2008 al Ministerio de Energía y Minas, con un presupuesto de 597 millones de dólares. El caudal del río Ocoña (región Arequipa) es el elemento fundamental para posibilitar el funcionamiento de la central, proyectándose unos 165,6 MW que generaría.
Coincidentemente, este proyecto nace junto al proyecto cuprífero Tía María. Según consta en Registros Públicos y como la misma empresa lo reconociera, el 99% de la empresa le pertenece a Southern Perú. La necesidad de recursos energéticos para que Tía María pueda mantenerse (de ser ejecutada), podrían ser satisfechas fácilmente con la capacidad de la hidroeléctrica en Ocoña. Incluso aportaría a operaciones ubicadas en Cuajone y Toquepala, en Moquegua.
Aunque actualmente Tía María se encuentra detenida con el ingreso del gobierno de Pedro Castillo, y la pérdida de la concesión denominada Vania, 200 hectáreas donde se instalaría la planta de lixiviación; las pretensiones de la hidroeléctrica no dejan de ser estratégicas para Southern.
Fuente: El Búho