El conflicto alrededor del Corredor Minero del Sur y la empresa minera MMG Las Bambas continúa sin solución. Tras la última reunión entre los representantes del Estado y de la empresa minera, y los líderes de las comunidades afectadas; estas últimas decidieron retomar la protesta indefinida. El último impase estaría en la falta de compromiso de la empresa para convertir a las comunidades aledañas en proveedoras de sus proyectos.
Las idas y venidas en el proceso de diálogo entre las minas y las comunidades solo reflejan un problema de fondo: el modelo de relación entre empresa y comunidades que se implementa actualmente es inviable. La empresa minera Las Bambas no ha sido la primera en enfrentar un conflicto social, ya sea por los incumplimientos de los compromisos establecidos, la contaminación generada, o los maltratos a los pobladores en general.
Muchas empresas mineras vienen funcionando como enclaves, extrayendo valiosos recursos y materias primas que son vendidos principalmente hacia el extranjero; y dejando en muchos casos solo la contaminación y los pasivos ambientales de sus actividades. En muchas ocasiones, las concesiones otorgadas por el Estado se superponen sobre los territorios de las comunidades, muchas de las cuales el Estado desconoce no solo sus derechos sino incluso su existencia.
En esta semana se ha publicado un nuevo reporte de CooperAcción con Gruffides en donde se evidencia un nuevo aumento de las concesiones mineras, que ahora alcanzan al 14% del territorio nacional. Al parecer desde el Estado se continúa sin cambios con los procesos de concesión. Quizás ha llegado el momento de involucrar realmente a las comunidades, que son las más afectadas, en dicho proceso.