El pasado lunes 9 de agosto, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), publicó un nuevo reporte sobre la crisis climática que enfrenta nuestro planeta. En dicho documento, reiteraron que la principal responsabilidad por los cambios climáticos a los que nos enfrentamos son por las actividades económicas de los seres humanos, que han causado un incremento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, elevando la temperatura promedio del planeta a niveles sin precedentes en la historia humana.
El reporte indica que es altamente probable que la temperatura promedio se eleve por encima de los 1,5 ºC comparada a niveles pre-industriales en las próximas dos décadas, que era la meta más baja que Acuerdo de París esperaba alcanzar a fines del presente siglo. La única forma de prevenir una catástrofe mayor para la humanidad es con la reducción rápida y acelerada de gases de efecto invernadero en la presente década. De lo contrario, fenómenos como los grandes incendios forestales que se están viendo esta semana en diferentes paises del hemisferio norte (como EEUU o Grecia), se volverán cada vez más frecuentes.
La principal fuente de emisiones de GEI se encuentra en la quema de combustibles fósiles como el gas natural o el petróleo, que se encuentra en la base de la economía en casi todos los países del mundo. A pesar de esto, la responsabilidad no es equitativa. Los principales países emisores de esta contaminación son aquellos que lograron industrializarse primero, y que han venido haciendo uso de estas formas de energía sin considerar en las consecuencias de las mismas. Aunque mucha de las naciones del primer mundo están tomando medidas para ralentizar o reducir sus emisiones, hasta el momento no han sido suficientes para detener la crisis climática.
Tampoco es posible asignar la misma responsabilidad a las personas por igual. Un estudio publicado hace 4 años dio cuenta que apenas 100 empresas en todo el planeta eran responsables por 71% de las emisiones de GEI desde 1988. A pesar de esto, las acciones de la mayoría de los gobiernos han preferido no tocar a las grandes empresas y sus márgenes de ganancia, sino en las actividades individuales de los ciudadanos, que tienen un efecto marginal en la reducción de GEI.
Fuente: The Guardian