Según la agencia internacional Bloomberg la pandemia está profundizando las divisiones entre los mercados en desarrollo y los desarrollados. La escasez de vacunas y su desigual distribución está teniendo importantes impactos sobre el control de la pandemia y la reactivación económica a la que pueden aspirar los diferentes países. Los países desarrollados están concentrando este insumo médico, llegando a tener hasta un tercio de todas las vacunas producidas a nivel global a pesar de que su población es solo 11%. Esta situación les está permitiendo iniciar una recuperación económica más temprana. Esta situación ha llevado a los inversiores a retirar hasta 1300 millones de fondos de capital de los mercados en desarrollo, lo que podría aumentar más aún la desigualdad existente.
Una forma en la que se podría revertir la baja producción de vacunas es mediante la suspensión de patentes, lo que permitiría que otros países y empresas puedan sumarse en la tarea de producir vacunas para todos. Es por eso que Amnistía Internacional ha lanzado una petición para garantizar este acceso, pidiendo a las empresas que se unan al Grupo de Acceso a la Tecnología del COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y así poner sus conocimientos en común.
Fuente: MSN, Amnistía Internacional