A poco más de un mes y medio de iniciada la campaña de vacunación aún no culmina con la aplicación de los profesionales de la salud, que conformaban la Fase I. La explicación de esta demora se encontraría en la falta de dosis, la logística y la dispersión de la información necesaria.
El ritmo de vacunación ha sido bastante dispar. El promedio es cercano a las 16 dosis diarias, aunque han habido días en los que se han registrado menos de mil inmunizaciones. Hasta el momento casi medio millon de peruanos han recibido al menos la primera dosis. Menos del 56% del total de 1 267 000 vacunas (de Sinopharm y Pfizer) que han llegado hasta nuestro país.
La competencia internacional y el acaparamiento de la vacuna en las naciones más desarrolladas complica la llegada de la mayoría de los lotes de vacuna que incluidos en los preacuerdos que el gobierno peruano tiene con varias farmaceúticas. Por otra parte, el Vacunagate ha retrasado la llegada de los lotes de Sinopharm que se esperaban para febrero y marzo. Lo logística de la vacuna de Pfizer, a diferencia de Sinopharm que tiene un manejo tradicional, complica su implementación en todo el territorio. Esta debe mantenerse congelada en temperaturas de -60º C y -90ªC y resiste apenas 5 días luego de su descogelamiento. Esto ha hecho que solo se distribuya en las regionales de Lima, Callao, La Libertad, Arequipa, Loreto y San Martín. Otro problema para acelerar el proceso de vacunación es la dispersión de la información entre los sistemas de los diferentes servicios de salud, el Reniec y otras instituciones públicas.
El retraso en el proceso pone en riesgo a las personas más vulnerables. Se calcula en 625 mil adultos mayores que no cuentan con seguro ni fecha de vacunación. Muchos de ellos son además miemrbos de comunidades indígenas o migrantes sin DNI.
Fuente: Ojo Público