
El pasado domingo 30 de agosto, la municipalidad de Miraflores realizó un operativo en el que intervino a un total de 47 trabajadores de reparto a domicilio. Al hacerles la prueba rápida, el 40% de ellos dio positivo para COVID-19. La mayoría de los repartidores examinados trabajaba para las empresas Glovo y Rappi.
Lo preocupante es que este tipo de empresas de reparto a domicilio mediante “aplicativos” no asumen una responsabilidad o una relación laboral con los trabajadores que realizan este servicio. Como se sabe, estas empresas consideran a los repartidores como “terceros independientes” que “colaboran” realizando el servicio de delivery. De esta manera, evitan una serie de costos asociados a la contratación formal de trabajadores.
En el caso de estas app de reparto a domicilio, el ministerio de la Producción emitió un protocolo (Resolución Ministerial N° 163-2020-PRODUCE) donde establece una serie de condiciones para este sector. Sin embargo, el protocolo no establece la realización de pruebas periódicas obligatorias, pese a que se trata de trabajadores que tienen contacto constante con muchas personas, lo que evidentemente los expone al riesgo de contagio.