«Que Dios nos ayude» (EDITORIAL – 05/08/2020)

Foto: Congreso de la República

Se cumplen 30 años del shock económico y de la frase infame del entonces ministro de Economía, Juan Carlos Hurtado Miller, ante la crisis social causada por las reformas: “que Dios nos ayude”. Poco parece haber cambiado: estamos ante una “reactivación” impuesta a marchas forzadas por la urgencia económica, y ante el recrudecimiento de la crisis de salud pareciera que el mensaje es, nuevamente, “qué Dios nos ayude”.

El 1 de julio se puso fin a la cuarentena nacional. Desde entonces, e incluso antes, durante las “fases” de la reactivación diseñadas por el Gobierno, se ha autorizado el reinicio de actividades de los diversos sectores: transporte, restaurantes, centros comerciales, minería, entre otros, vienen retomando sus labores.

Supuestamente, el reinicio de labores debía cumplir con estrictas medidas sanitarias, según se establecía en las primeras normativas. Sin embargo, luego de la presión del sector empresarial y las declaraciones de la presidenta de CONFIEP, quien llegó a decir que los protocolos “parecían hechos para un país europeo”, se empezó a relajar esas exigencias. Ahora basta que una empresa envíe un correo electrónico al Ministerio de Salud, y la aprobación de sus medidas sanitarias es automática.

Las consecuencias están, lamentablemente, a la vista. El número de contagios y muertes diarias nuevamente está al alza, y los gráficos muestran que la tendencia cambió precisamente de la mano con la “reactivación económica”.

Perú: Contagios diarios

Modificado de: covidly.com

Defunciones diarias (excluyendo muertes violentas)

Modificado del original elaborado por @Cholega en base a SINADEF

La negación de la confianza al Gabinete de Pedro Cateriano por parte del Congreso ha causado gran debate: mientras algunos ponen énfasis en la inestabilidad política y la necesidad de unidad ante la crisis, otros destacan la responsabilidad del ex premier por su tono polarizante y un discurso que priorizaba la gran inversión por encima de las demandas sociales y ambientales. Lo cierto es que la situación de emergencia nacional exige que el Gobierno ponga en el centro la vida y salud de las personas: ese debiera ser el espíritu del nuevo Gabinete que nombre el presidente Vizcarra.